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    En relación con la grave crisis sanitaria derivada de la pandemia por la Covid-19, la Asociación de Enfermería Comunitaria (ASANEC) quiere hacer un llamamiento a la corresponsabilidad y formular las siguientes aportaciones:

    En primer lugar, queremos agradecer a la ciudadanía las muestras de apoyo y   reconocimientos recibidos durante todo este tiempo a los profesionales sanitarios y especialmente a las enfermeras. Ese apoyo nos ha dado aún más fuerzas para trabajar con ahínco. Sabemos que la gran mayoría de los ciudadanos y ciudadanas están contribuyendo con su comportamiento responsable a la lucha contra esta pandemia. Sin embargo, últimamente apreciamos cierta relajación por parte de algunas personas y grupos, que hacen que se multipliquen los brotes, por lo que es ahora cuando necesitamos y pedimos, más que nunca, vuestro compromiso y otro esfuerzo más. No lograremos vencer al virus sin vosotros, sin vuestra disciplina en el cumplimiento de las medidas que van marcando las autoridades sanitarias y que han de convertirse en obligación para todos y todas. Por ello hacemos un llamamiento a la corresponsabilidad ciudadana. La participación comunitaria es una parte esencial de la Atención Primaria, y sin embargo sigue siendo uno de los grandes olvidados de la Administración Sanitaria. Esta nueva situación nos exige a todos cambios importantes en la forma de vida individual y colectiva para salvaguardar la salud comunitaria y la tuya propia. Tu enfermera de familia es referente, nos tienes a tu disposición y puedes acudir ante cualquier duda, te ayudaremos a implementar y afrontar los cambios.

    Hacemos también un llamamiento a continuar con el compromiso profesional de enfermeras y enfermeros andaluces, en el reto de atender con calidad las necesidades de la población, como ha venido sucediendo aun en años de crisis, y a reivindicar más que nunca un sistema sanitario pú­­blico, universal, gratuito y adecuadamente financiado que sea capaz de hacer frente a las crisis sanitarias como la pandemia que ahora nos acomete. Ahora estamos atendiendo en primera persona los efectos de esta pandemia traducida en muertes, secuelas, sufrimiento psicológico, familiar, social­­­­­ y económico a unos niveles inauditos que muestran la fragilidad de un sistema sanitario debilitado tras décadas de recortes, especialmente en nuestro colectivo, y que ha generado desigualdades en salud e incapacidad para hacer frente a un ataque de esta naturaleza. ASANEC no se cansará de luchar y aportar, ante todos los ámbitos para que la profesión enfermera cuente con las condiciones necesarias que permitan un desempeño seguro, de calidad y que supongan a su vez  un avance profesional que se traduzca en una alta calidad en la asistencia sanitaria dispensada al usuario.

    Hacemos un especial llamamiento de corresponsabilidad a la Administración sanitaria para que dote a la sanidad pública de los medios y recursos materiales (reactivos diagnósticos COVID-19,  fármacos, ventiladores, equipos de protección,…) y humanos (enfermeras, médicos, personal administrativo, rastreadores (con visión y formación epidemiológica)  que realmente necesita para proteger con seguridad la salud de la ciudadanía y que haga todo lo necesario para paliar la falta de previsión, de coordinación y de medios de todo tipo, para que la población no quede desatendida ante un posible recrudecimiento de la pandemia.

    ASANEC expresa su preocupación ante el importante aumento de casos positivos de COVID-19 que está sucediendo en Andalucía, y echa de menos una respuesta decidida a nivel sanitario y organizativo por parte de la Consejería de Salud y Familias. Las medidas que se están tomando en Andalucía no son suficientes para controlar la transmisión y avance de la COVID-19; es imprescindible que se pongan en práctica nuevas medidas y se refuerce de una forma real y efectiva la Atención Primaria. Las plantillas de los 409 centros de salud existentes en Andalucía no han sido ampliadas; por el contrario, durante la época estival y en pleno rebrote de la pandemia los equipos de salud se están viendo seriamente sobrecargados por la falta de contratación para cubrir los numerosos permisos por vacaciones de los profesionales. Las enfermeras están soportando una gran presión porque están asumiendo multitud de intervenciones derivadas de competencias de rastreo y el seguimiento de pacientes derivados de la situación de la COVID-19; a ello hay que añadir la atención de las necesidades de cuidados que siguen  precisando los pacientes “normalizados”, especialmente la población más vulnerable como  mayores y  crónicos y que está siendo “olvidada” o cuanto menos atendida deficientemente ante la falta de contratación real de más enfermeras para los centros de salud. Nos preocupa la escasa contratación de rastreadores, fundamentales para el control de esta pandemia, los cuales deberían ser seleccionados por sus conocimientos formativos en salud pública y en vigilancia de la salud, perfil que cumplen sobradamente las enfermeras especialistas en Enfermería Familiar y Comunitaria. Así mismo, nos preocupa que no se cuente con enfermeras en la planificación, organización, coordinación y toma de decisiones sobre los planes de refuerzo y los planes de contingencia de la Atención Primaria y centros sociosanitarios, en los protocolos de actuación, las nuevas directrices y la gestión de los equipos.

    La pandemia ha demostrado la importancia de tener un sistema sanitario público de calidad con acceso universal. Los ciudadanos se han dado cuenta de la importancia crucial de una buena sanidad pública para una atención sanitaria segura, de calidad, que no genere desigualdades en salud, a pesar de los múltiples recortes en salud originados desde la pasada crisis económica y aún no subsanados en manera alguna.  De igual manera, la ciudadanía también ha percibido el importante compromiso de los trabajadores de enfermería en los momentos críticos. Ahora bien, la administración debe hacer los deberes y junto a los profesionales y la ciudadanía ha de trabajar de forma corresponsable y conjunta en conseguir cambios y avances sustanciales en el refuerzo de los servicios públicos sociosanitarios esenciales y en la organización, dotación de recursos y financiación de los mismos. Será necesaria la acción conjunta, coordinada y corresponsable de todos. Superar esta situación es tarea común donde cada cual se ha de hacer cargo de su cuota de responsabilidad en estos tiempos aciagos de pandemia.

   Desde ASANEC queremos manifestar las siguientes aportaciones, requerimientos y posicionamientos ante la pandemia actual:

  1.    Es urgente dotar de suficientes recursos materiales y humanos a la Atención Primaria para hacerla fuerte y eficaz SIEMPRE, para garantizar un buen funcionamiento del resto del sistema sanitario, y especialmente en situación de pandemia. Debe ser una RENOVACIÓN PROFUNDA y real basada en el modelo de atención integrado por múltiples disciplinas, sectores y colectivos, y caracterizado por el trabajo en equipo. En los tiempos que nos ha tocado vivir, entre otras cuestiones, las personas necesitan «desmedicalizar» la vida diaria, fomentar los autocuidados y los estilos de vida saludables y cuidar a las personas complejas en sus domicilios el mayor tiempo posible. En este trabajo las enfermeras lideramos la acción, haciendo una valiosa aportación.
  2.    Es urgente tener plantillas bien dimensionadas, formadas y estables en AP. Hemos afrontado la pandemia con carencias por una deficiente dotación histórica de enfermeras, con plantillas mermadas por ausencias prolongadas sin sustituir, además de las bajas por COVID-19 y vacaciones. En estas circunstancias no se puede contener la pandemia y asumir la cartera de servicios adecuadamente.  Es necesario acabar de equiparar las ratios enfermeras a la población, incluyendo la población pediátrica.
  3.    Si se quiere afrontar con eficacia los nuevos retos que el sistema sanitario tiene ante sí hay que desarrollar el mapa competencial de las profesionales enfermeras, se ha de avanzar dentro de un equipo multidisciplinar, en dotar de capacidad resolutiva a las enfermeras ante los problemas que plantea la población, y si no se apuesta por ello, restaremos calidad asistencial a la población y eficacia al sistema.
  4.    En esta crisis se ha puesto en evidencia la necesidad de que la población infantil tenga asignada una enfermera de referencia, de la misma forma que cada centro escolar tenga de forma monográfica y específica una enfermera de familia de referencia para coordinar acciones ante las necesidades, como preparar un plan seguro para la vuelta de nuestros niños al colegio después del verano.
  5.    Es necesario impulsar plenamente la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria. La formación específica de estos profesionales es y será muy útil para el trabajo comunitario y epidemiológico que se precisa esta sociedad actual.
  6.    Las Enfermeras Gestoras de Casos han demostrado ante la comunidad la importancia de su rol profesional, el excelente trabajo en la coordinación sociosanitaria y la coordinación entre niveles asistenciales para el control y seguimiento en residencias de mayores (gracias a su labor han participado, junto a otros profesionales, en la salvaguardia de muchas vidas de nuestras personas mayores). Esto ha de traducirse en una consolidación y regulación definitiva de la práctica avanzada para la gestión de casos.
  7.    En estos tiempos de crisis es cuando más se necesitan las aportaciones de la investigación y la generación de ideas para el desarrollo, por lo que solicitamos un especial impulso a todas las actividades que generen conocimiento e innovación: financiación a proyectos de investigación, ayudas a reuniones y congresos científicos, …
  8.    Otra cuestión que ha quedado en evidencia en esta crisis ha sido la necesidad de mejorar y/o renovar las estructuras de los edificios de muchos centros de salud, pues presentan espacios insuficientes y deteriorados tanto en las consultas como en salas de esperas, además de contar con unos sistemas informáticos insuficientes, en muchos casos no adaptados a la realidad asistencial, siendo preciso dotar de agendas inteligentes y razonables.
  9.    Insistimos seriamente ante la Consejería de Salud y Familias para que ponga a disposición de las enfermeras todos los medios necesarios para poder prestar la asistencia sanitaria a los pacientes con seguridad y protección.  Evitemos tener que volver a verlas en situaciones de total inseguridad y desamparo, exponiendo la salud e incluso su propia vida y la de su entorno familiar para llevar a cabo la labor asistencial como ocurrió al inicio de la pandemia.    La situación actual obliga a ser muy exigentes en reclamar a los responsables políticos y sanitarios la provisión de equipos de protección suficientes. El cuidado de los profesionales sigue siendo la gran asignatura pendiente de los servicios públicos de salud.
  10.     En las condiciones actuales, no se entiende como Enfermería aún no tiene el peso que le corresponde en las estructuras directivas. El sistema necesita liderazgo y buenos conocedores de los cuidados, la cronicidad, la complejidad, etc… en todos los ámbitos y niveles.
  11.    En este nuevo escenario es necesario potenciar acciones de educación para la salud e intervención comunitaria liderado por enfermeras para promover el autocuidado y los cuidados comunitarios en materia de salud pública, y trabajar sobre los determinantes de salud para evitar un empeoramiento del nivel de salud poblacional y minimizar la repercusión en la calidad de vida. Al mismo tiempo necesitamos ciudadanos y ciudadanas bien informados y concienciados con la sanidad pública, con derechos y deberes compartidos y orientados a un buen uso de los servicios sanitarios, haciéndoles partícipes en la toma de decisiones del sistema. La participación comunitaria es un elemento esencial de la Atención Primaria, y ha sido obviada y sistemáticamente olvidada.
  12.    Es necesario mejorar la atención telefónica y la agenda inteligente de forma que éstas sean accesibles, y que el ciudadano pueda contactar con su unidad de atención familiar sin grandes obstáculos. Hemos de seguir dando respuesta a nuestra extensa cartera de servicios con los recursos suficientes, y a la vez considerar la dificultad de cierta parte de la población en el manejo del teléfono y la informática para no discriminarlos.
  13.    La vigilancia epidemiológica de rastreo requiere competencias específicas para su correcta realización, seguimiento y evaluación; asumir las competencias de tal vigilancia supone una dedicación exclusiva que impide atender otras necesidades de salud de las personas, las familias y la comunidad, que deben ser satisfechas por otras enfermeras comunitarias. En ningún caso la realización de los rastreos puede suponer la renuncia, el abandono o una deficiente prestación de los cuidados necesarios a la población.
  14.    Así mismo, es necesario tener presente en todo momento la humanización de la atención en tiempos de pandemia que ha de ser transversal en todos y cada uno de los servicios, adoptándose medidas concretas que aporten calidad a la atención.
  15.    Por último, queremos sumarnos a las voces de multitud de profesionales sanitarios que piden una salida ecológica a la crisis de la COVID-19. El cambio climático plantea una inminente y seria amenaza para la salud de la población mundial y sabemos con certeza que las vidas saludables dependen de un planeta saludable. La protección y la promoción de la salud deberían ser uno de los ejes centrales en el desempeño de las enfermeras y una de las prioridades inversoras de los gobiernos.

   Entendemos que es momento de establecer una colaboración estrecha y trabajar conjuntamente en equipo, que no es el momento  de discrepancias ni de reproches, pero sí de exigencias de acciones efectivas y urgentes, de solidaridad, de vocación de servicio y de aunar esfuerzos entre todos y todas con convicción y contundencia, para ayudar a resolver a la mayor brevedad esta situación de emergencia sanitaria y social, con el fin de ganar la batalla a la peor crisis sanitaria de nuestro tiempo y preservar el bienestar de la sociedad andaluza. También es el momento de construir TODOS JUNTOS un futuro más seguro para la población andaluza fortaleciendo la Atención Primaria de Salud.

    La Declaración de Astana, en la que se acordó por unanimidad potenciar y desarrollar la AP para garantizar una atención de calidad, está más vigente que nunca, y es necesario e imprescindible que, para contener esta pandemia, se inyecten los recursos humanos, materiales y organizativos suficientes al sistema.

    ASANEC, como sociedad científica de referencia en Andalucía, ha estado y está dispuesta a participar activamente en avanzar en la construcción de una nueva normalidad y en la de conseguir un futuro esperanzador para nuestro sistema sanitario público, y por tanto, para la población andaluza. Nuestro ofrecimiento es leal y esperamos que sea considerado con la atención que se merece la profesión y la propia ciudadanía que nos avala.

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